Como comenté, viajamos por Aircomet, hasta antes de embarcar no tuvimos ningún inconveniente, solo la tentación de aplazar el vuelo para el día anterior. Esperamos 3 horas en la sala de espera porque habíamos madrugado mucho y ese tiempo pasó lentamente. El vuelo estaba planificado para abordar a las 13:15 pero sufrió un retraso de 30 minutos. Bueno, algo aguantable cuando en otras ocasiones nos ha tocado esperar una, dos o tres horas.
La decepción llega al subir al avión, un air-bus 310 con capacidad para 200 y pico de pasajeros, se nota que es un avión que ya tiene sus años, el espacio entre los asientos es demasiado pequeño y mucha gente se ve demasiado incómoda, y los pasillos ni se diga. De los 6 baños, funcionan 5 y dos son de primera clase, así que no los podemos utilizar. (Por lo menos que yo sepa). De tal suerte que nos quedamos con 3 baños para el 90% de los pasajeros.
Este avión no tiene asientos de grupos de 4, así que nos acomodamos 3 y uno en la fila de al lado. No pasa nada. Pero como viajamos con niños, y les entró el sueño temprano, quise levantar os apoya-manos que separan los asientos para que estuvieran más cómodos y … nada, no se pueden subir.
No tiene televisión para intentar palear el aburrimiento, estrés o desesperación que genera un viaje de 10 horas aproximadamente y las emisoras no funcionan. Así que lo único que podemos hacer es intentar entretenernos con lo que tengamos a mano, pero con dos chinos (niños) dando la lata, se complica la cosa.
A parte de estos aspectos físicos del avión, el servicio de las azafatas era muy bueno, con su amabilidad nos ayudan a hacer más agradable la incomodidad del viaje, la comida que nos dieron estaba muy rica, pero no suficiente (No es su culpa, teníamos hambre).
Aunque pasamos muchos momentos de calor, al final, la temperatura parece que logró regularse en un valor aceptable para todos, aunque yo hubiera preferido que fuera un poco más baja.
Luego de 9:30 horas de viaje arribamos a Bogotá, con un poco de turbulencia, pero nada que no se pudiera soportar. No tuvimos inconvenientes en la salida del aeropuerto y pronto estuvimos donde mi hermana con su esposo y mis sobrinos. Ahí conocí a mi sobrina Maria de los ángeles en persona, antes sólo la había visto en fotos.